Hoy he redescubierto la contraseña de mi blog. No sé porqué no consigo ponerla bien nunca pues es la misma que tengo en otras cuantas páginas personales cibernéticas que poco a poco lo único que guardan es polvo. No escribo en ellas porque luego lo leo y me pongo de mala leche. Sí.
Odio la palabra oportunidad porque no la tiene todo el mundo. Odio saber que no cumpliré mis deseos. Odio la hipocresía. Odio esta sociedad. Odio criticar las cosas que luego hago. Odio no poder irme de erasmus. Odio las tres cuartas partes de mi vida. Odio sentirme infeliz. Odio no poder ser yo. Odio no ser quien quiero ser. Odio odiar constantemente. Odio a mi tío Rafa. Odio a mi tío Roque. Odio vivir en España.
Luego tengo odios menores de segunda regional habida cuenta que estoy todo el día odiando son: no ser A.C, uy! me acabo de dar cuenta que ahí en eso se resume el resto de mis odios menores como el vestido de Sonya Rikiel, el pelo perfecto, los botines perfectos, la falda perfecta, la capa de Moschino perfecta, los festivales más guays del mundo, ser musa groupie y todo eso.
Pero también sé amar y a ti to death, Arturo.